La primera de una serie de tres partes que nos llevarán a vivir la gloria que inundó el Estadio Único de Argentina en el segundo día de cruzada del 2011. Con una adoración genuina y un mensaje único, miles de personas se conmovieron e invitaron a Cristo a sus vidas. ¡No te lo puedes perder!
Una exhortación a la iglesia para subir a un nuevo nivel espiritual y continuar el viaje por el desierto de la fe, con sólo un boleto de ida. Es el momento de decidir si queremos llegar a donde Dios nos lleve. Pero en este viaje no hay regreso; morimos en el desierto, o entramos en la tierra prometida. ¿Estás dispuesto a pagar el precio? ¿Estás dispuesto a quemar las naves y no mirar hacia atrás? Un mensaje que te llevará a reflexionar en tu nivel de compromiso con el Señor.
¿Cuántas veces has ido por la vida cargando una piedra que no puedes soltar? Piedras que son resentimientos contra un ex esposo, un cónyuge, o una persona que te ofendió y te lastimó. Y dices: “Si yo ya lo perdoné”. Pero tienes la piedra ahí en el corazón y estás esperando la primera oportunidad para tirársela a la cabeza. Hoy el Señor te dice: “Tira las piedras; tíralas. No es tuya la venganza, sino el perdón. Sal a los caminos a traer a los pecadores y diles que la iglesia se abrió con puertas de gracia. Ve y diles que aquí hay sitio para los que buscan Mi rostro, que aquí se come gratis, se recibe perdón y se van libres a casa”.
Hay gente que participa de la Santa cena pero nunca ha sabido lo que es participar del cuerpo y de la sangre de Cristo. Hay gente que va a la iglesia para buscar novia, para buscar esposo, para relacionarse con otras personas como en un club social. Y eso no es la iglesia. La iglesia debe ser un sitio de entrenamiento para que de lunes a sábado puedas salir a predicar, a sanar a los enfermos, a liberar a los cautivos y a divulgar el verdadero mensaje del evangelio… arrepiéntanse, que el reino de los cielos se ha acercado. La culminación de un extraordinario mensaje!
La continuación de un mensaje controversial que nos lleva a replantear la interpretación moderna del evangelio que se predica en las iglesias que viven para darle gusto a la gente y no para halagarlo a Él; en donde se predica sólo de los frutos del Espíritu como un cebo para atraer a los pecadores. Pero cuando la gente llega a las iglesias sólo por la promesa de prosperidad y no se fundamentan en el verdadero evangelio, en cuanto se presentan los problemas y las tribulaciones de la vida natural, sufren tropiezos y se alejan.
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