Me gusta mucho caminar y también andar por la calle observando los detalles mas minuciosos y las cosas que pasan a mi alrededor.
Hace unos meses salí de la facultad un poquito mas temprano y tome la decisión de volverme caminando desde mi facultad hasta mi querido hogar (unas 70 y pico de cuadras) Tome coraje, me ajuste bien la mochila y camine de mi facultad hasta la costa del Río Paraná y de ahí derechito para mi casa.
Fue una experiencia muy bonita porque a pesar del cansancio pude ver cosas y detalles de mi hermosa ciudad que nunca había visto. ¡Esta bueno caminar!
Una de las cosas mas lindas e interesantes que pude ver sucedió cuando estaba a unas 30 cuadras de casa: Un grupo de unas 10 personas que caminaban por la costa cada uno llevando un perro consigo. Eran hombres no-videntes de edad adulta que querían salir a pasear y llevaban consigo para que les ayude un perro lazarillo.
Suelo ser medio caradura a veces así que entable conversación con uno de ellos, bastante simpático por cierto; Esta persona me comentaba sobre el aprecio que tenía por su perrito y que gracias a él podía caminar seguro de que no iba a chocarse ningún tipo de obstáculo ni iba a comerse ningún pozo ni nada por el estilo.
En fin fue una charla breve pero muy interesante.
¿A qué viene esta anécdota de hace meses? Esta mañana leía la Biblia en el libro de los Salmos y me encontré con el conocido Salmo 37. Allí vi dos versículos que me trajeron a la memoria el recuerdo de esta linda anécdota. Te invito a que busques el Salmo 37:23-24 en tu Biblia y puedas leerlo conmigo, dice lo siguiente:
"Por Jehová son ordenados los pasos del hombre, Y él aprueba su camino. Cuando el hombre cayere, no quedará postrado, Porque Jehová sostiene su mano"
Probablemente te estés preguntando: ¿Qué tiene que ver la historia del ciego y el perrito con este Salmo escrito hace miles de años por el rey David?
Voy a intentar explicártelo con otro ejemplo práctico y sencillo:
Quienes me conocen saben que suelo ser medio torpe en algunas oportunidades, especialmente cuando estoy en la oscuridad. Me choco cosas, tropiezo seguido, me he llegado a chocar columnas andando en bici, me lastimo haciendo pavadas, etc.
Debido a eso, siempre que salgo de alguna habitación con las luces apagadas en casa, mis papás me insisten constantemente con que prenda la linterna del celular y alumbre porque sino me choco todo y termino rompiendo alguna cosa o lastimándome yo.
Con la vida del Cristiano pasa algo similar:
Vivimos en un mundo que esta lleno de la oscuridad del pecado y que esta siendo gobernado por el mismo príncipe de las tinieblas, intentar caminarlo solo es como caminar constantemente con los ojos cerrados: Una pérdida total y completa de tiempo, y es que, probablemente, camines 2 o 3 pasos pero después vas a chocarte algo o a caerte en algún pozo.
Lo bueno y hermoso de todo esto es que el creyente también tiene alguien que puede guiarlo así como el perrito guiaba constantemente al ciego en cada uno de sus caminos.
El salmista decía:
"Por Jehová son ordenados los pasos del hombre"
Cuando no puedas ver nada y vivas golpeandote por la oscuridad del pecado que reina en este mundo recorda que Dios es el único capaz de ordenar tus pasos y ayudarte a que puedas llegar hasta el final del camino. Busca a Dios en cada uno de tus caminos, no intentes caminarlos solo porque solo vas a acumular golpes, heridas y fracasos.
¿Qué pasa si caminaste ya mucho tiempo guiándote por tus propios medios? ¿Y qué podes hacer si quedaste postrado por alguna de las caídas que sufriste?
El Salmista continúa diciendo:
"Cuando el hombre cayere, no quedará postrado, Porque Jehová sostiene su mano"
Amigo: No importa si te caíste, ahí tenes la mano de Dios que quiere levantarte y guiarte en cada uno de tus pasos. Abrí la Biblia cada mañana y busca a Dios en todos y cada uno de tus caminos; ora pidiéndole la guía necesaria para tu vida, busca consejo y habla con personas prudentes que puedan ayudarte a encontrar el mejor de todos los caminos pero dejame insistir con esto: ¡NO INTENTES SEGUIR CAMINANDO SOLO!
En Dios esta la seguridad al andar y el es el único capitán que puede llevar la barca de nuestra vida a un buen puerto. Tomate de su mano cada día al andar y anda descubriendo lo maravilloso que es poder caminar con ese rayo de luz que brilla entre tanta oscuridad. Dios va a juzgar nuestro camino y estoy seguro que no le agrada que andemos caminando solos repitiendo neciamente: ¡Yo puedo hacerlo!
Te animo a que antes de arrancar cada día de lo que queda del año, puedas buscar la guía de Dios y tomarte bien firme de tu mano, deseo de todo corazón que puedas vivir una vida en completa dependencia de Dios, vas a ver que vale la pena.
¡Que Dios te bendiga!
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