La gracia de Dios se ve reflejada en diferentes aspectos, no solo en el plano espiritual sino también en la vida cotidiana:
La palabra gracia se define en el Diccionario como "favor que se hace sin ningún merecimiento en particular"
El hecho de levantarse cada mañana, poder respirar, tener salud, tener un sol que nos brinde calidez cuando necesitamos abrigo y una luna que nos ilumine en los tramos mas oscuros de la noche, entre otras miles de cosas, es el resultado de un regalo que nos hace Dios a pesar de no encontrar en nosotros algún tipo de mérito o de merecimiento.
Dentro de la hermosa e infinita gracia de Dios, todos nosotros recibimos uno de los regalos mas hermosos e inmerecidos; se trata de una mujer a la que la palabra de Dios describe perfectamente en el libro de los Proverbios: Todos nosotros tuvimos una madre que se dedico a aguantar los 9 meses del embarazo y a aguantar dolores de parto para darnos a luz, este pequeño homenaje va dedicado para todas aquellas hermosas mujeres que tanto nos enseñan con su vida de amor y entrega.
Se reviste de fuerza y de honra, y no le preocupa lo que pueda venir. Habla siempre con sabiduría, y su lengua se rige por la ley del amor. Siempre atenta a la marcha de su hogar, nunca come un pan que no se haya ganado. Sus hijos se levantan y la llaman dichosa; también su esposo la congratula: «Muchas mujeres han hecho el bien, pero tú las sobrepasas a todas.» La belleza es engañosa, y hueca la hermosura, pero la mujer que teme al Señor será alabada. ¡Reconózcase lo que ha hecho con sus manos! ¡Sea alabada ante todos por sus logros!
Proverbios 31:25-31 (Reina Valera Contemporánea)
Dios en Su Gracia y amor nos regalo a cada uno de nosotros una mujer que cumplió este rol a la perfección:
Se reviste de fuerza y honra: Comenzaste a ser Madre desde el preciso instante en el que se comenzó a gestar una vida dentro de tu vientre. Fuiste fuerte para soportar cada uno de los 9 meses del embarazo y mereces ser honrada por haberte decidido a pasar dolores físicos intensos para dar a luz a la hermosa vida que estaba por nacer.
No le preocupa lo que pueda venir: Tenías un bebe en brazos, no sabías quizás como ibas a alimentarlo ni a educarlo; si crecería sano y fuerte, si le costaría adaptarse a la escuela, si seguiría los caminos del Señor... Pero no te preocupaba lo que podía venir porque sabías que Dios es fiel y que él te marcaría el camino que debías seguir (Salmo 32:8)
Siempre atenta a la marcha de su hogar, nunca come un pan que no se haya ganado: Pasaron los años y tuviste que ser parte de un hogar, de una nueva familia de la cual sos una de las principales responsables y nunca le aflojaste; siempre estuviste atenta a que nunca le falte nada a nadie y pasaste horas y horas limpiando, cocinando, secando, lavando y todo lo hiciste por amor.
«Muchas mujeres han hecho el bien, pero tú las sobrepasas a todas.» La belleza es engañosa, y hueca la hermosura, pero la mujer que teme al Señor será alabada. ¡Reconózcase lo que ha hecho con sus manos! ¡Sea alabada ante todos por sus logros! La verdadera belleza es la de la mujer que desde el embarazo supo como cuidar ese hermoso pedazo de vida que llevaba en su interior, que tuvo la valentía para enfrentar el parto, que siempre se mantuvo confiada en que el Señor proveería todas sus necesidades, esa belleza que constantemente hablaba palabras de amor y sabiduría, esa que día a día se sacrificaba físicamente por tener todo limpio o por lograr que su familia tenga la mejor de las comidas en el plato, pero sobre todas las cosas, esa que vivió toda su vida TEMIENDO Y CONFIANDO EN EL SEÑOR.
Feliz día para todas las madres que constantemente nos dan un ejemplo de vida con su esfuerzo y sacrificio; que puedan seguir experimentando la fidelidad de Dios en cada año de sus vidas.
¡Que Dios las bendiga!
No hay comentarios:
Publicar un comentario