Juan 9:24-34

¿Te paso alguna vez que querías mucho algo que por ahí valía bastante caro y no podías pagarlo?

Me acuerdo varias veces que de mas chico veía algún juguete que me gustaba mucho y molestaba siempre a mis papás para que me lo compren y si no me lo compraban ellos alguna de mis tías o mis abuelas me lo compraban; ¡Qué contento que me ponía con ese regalo!

Había una costumbre bastante firme en casa y era la de ser agradecidos, si a mi hermana y a mi nos regalaban algo era obligatorio mostrar agradecimiento hacía esa persona por el sacrificio de dinero que había realizado o por el momento de felicidad que nos habían dado regalandonos eso que tanto queríamos.

Me acuerdo una vez que mi tía me regalo un videojuego al que yo le andaba echando el ojo hace bastante tiempo, ¡estuve toda la semana en la escuela hablando de lo buena que era mi tía por haberme regalado eso! Los cansaba a mis compañeros contandoles de mi tía, de donde vivía , de como era ella y por sobre todo del juego que me había regalado.

Hoy vamos a ver una historia bastante parecida pero mucho mas intensa y atrapante que la mía y le encontramos en el capitulo 9 de Evangelio según San Juan.

¿Te cuento un poco de la historia? Nuestro Señor Jesucristo había comenzado ya su tiempo de ministerio y venía realizando milagros maravillosos, aún así los Fariseos y los Maestros de la Ley no creían en él y en su condición de hijo de Dios.

Había un personaje del cual la Biblia no nos da el nombre pero nos da a entender que era bastante conocido en la zona: Un ciego de nacimiento; los discípulos de Jesús le hicieron varias preguntas respecto a la ceguera de este hombre que tenían que ver con algunas creencias de aquellos tiempos y Jesús les contesta simplemente que la obra de Dios se va a manifestar en este hombre ciego; NADIE SE ESPERABA LO QUE IBA A VENIR, Jesús tomo un poco de tierra, formo barro con su propia saliva, lo unto en los ojos del ciego y le dijo que vaya a lavarse al estanque de Siloé. ¡Que sorpresa inmensa se llevó este hombre al lavar sus ojos y descubrir que ahora podía ver! El color de las flores, el sol, el hermoso azul de los cielos, los pájaros que andarían volando por ahí, los rostros de sorpresa de todas las personas a su alrededor y la mirada tierna y amorosa del mismo Hijo de Dios. ¡Qué gran regalo había recibido esta persona!

La gente lo miraba asombrada preguntandose si realmente este hombre radiante y lleno de felicidad era el mismo que desde toda su vida y hasta hace unas horas había estado tirado en el suelo pidiendo alguna limosna y rogando por misericordia; esto que había pasado no tardó en llegar a los oídos de los Fariseos y Maestros de la Ley, estos buscaban desacreditar a Jesús por todo lo que hacía y entonces comenzaron a perseguir a este hombre para que les explique lo sucedido.

Vamos a leer a partir del versículo 24 y te recomiendo que prestes especial atención porque no tiene desperdicio:

"Entonces volvieron a llamar al hombre que había sido ciego, y le dijeron: Da gloria a Dios; nosotros sabemos que ese hombre es pecador.

Entonces él respondió y dijo: Si es pecador, no lo sé; una cosa sé, que habiendo yo sido ciego, ahora veo.

Le volvieron a decir: ¿Qué te hizo? ¿Cómo te abrió los ojos?

El les respondió: Ya os lo he dicho, y no habéis querido oír; ¿por qué lo queréis oír otra vez? ¿Queréis también vosotros haceros sus discípulos?

Y le injuriaron, y dijeron: Tú eres su discípulo; pero nosotros, discípulos de Moisés somos.

Nosotros sabemos que Dios ha hablado a Moisés; pero respecto a ése, no sabemos de dónde sea.

Respondió el hombre, y les dijo: Pues esto es lo maravilloso, que vosotros no sepáis de dónde sea, y a mí me abrió los ojos.

Y sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguno es temeroso de Dios, y hace su voluntad, a ése oye.

Desde el principio no se ha oído decir que alguno abriese los ojos a uno que nació ciego.

Si éste no viniera de Dios, nada podría hacer.

Respondieron y le dijeron: Tú naciste del todo en pecado, ¿y nos enseñas a nosotros? Y le expulsaron"

¿Sabes cuánto tiempo llevaba esta persona de conocer a Jesús? Probablemente menos 1 hora, quizás solo algunos minutos, el no entendía de doctrina, el no conocía parte de la ley, el jamás había podido leer las escrituras del Antiguo Testamento, pero el había entendido algo claramente:

Si es pecador, no lo sé —respondió el hombre—. Lo único que sé es que yo era ciego y ahora veo (9:25 NVI)

Es impactante ver como a los pocos minutos de haber sido sanado este hombre ya estaba dando testimonio de lo que el mismo hijo de Dios había hecho en su vida, esta persona llevaba quizás 1 hora de haber recobrado la vista y en ese tiempo ya había visto mucho mas que todos los fariseos y es que Dios no solo había sanado su ceguera física sino de su ceguera espiritual.

Vemos versículos mas adelante que a este hombre no le importo lo que los Fariseos decían de Jesús, el sabía que tenía que contarles lo que Dios había hecho en su vida: ¡Con solo unos minutos de haber conocido a Jesucristo, ya estaba predicando su mensaje de amor!

¿Y vos? ¿Qué excusas pones para no predicar el Evangelio?

¿No sabes hablar? Este hombre solo sabía pedir limosnas y misericordia en las calles

¿No conoces mucho de las escrituras? Este hombre jamás habría podido leer un manuscrito de ellas
¿Jamás fuiste a un Instituto Bíblico? Este hombre solo necesito una cosa para poder predicarles el Evangelio a los fariseos: "Lo único que sé es que antes no veía y ahora veo"

Muchachos y muchachas, antes no veíamos otra cosa que el pecado, vivíamos de fracaso en fracaso pensando que el pecado iba a llenar un poco de nuestras vidas pero solo encontrábamos llanto y dolor y lo peor de todo: Nos esperaba la muerte eterna... ¡Pero Dios nos abrió los ojos cuando conocimos a Jesús y le recibimos como salvador! ¡Ahora no necesitamos mas deleitarnos en la inmundicia del pecado porque tenemos la vida en abundancia que el mismo Señor Jesús nos regaló! Y encima tenemos la plena certeza de que nos espera una morada eterna en el cielo y toda la eternidad para poder disfrutar al lado de nuestro gran Dios de amor.

Contale a los demás lo que Dios hizo en tu vida, no es necesario que tengas amplios conocimientos bíblicos ni un doctorado en Teología;

Quizás estas pensando: La gente no va a creer porque en ese momento Jesús hizo un milagro grandisimo y hoy quizás eso no se ve tanto... ¿Me dejas responderte?

Ibas caminando derechito rumbo al infierno y a una eternidad de dolor, llanto y separación y un día escuchaste de que Dios había hecho un sacrificio de amor para borrar todos tus pecados, darte una nueva vida y rescatarte de las llamas del fuego eterno. ¡Ya no caminas por la senda del mal y la destrucción, cuando Cristo vino a tu corazón cambio completamente el sentido de tu vida y ahora vas por el camino que conduce a la vida eterna junto a la presencia del Dios viviente!

No se vos, pero para mi, ESO ES UN MILAGRO.

¡Qué Dios te bendiga mucho!

 

por: Eric Monetti